El ambiente ya se siente eléctrico en Guadalajara y la Ciudad de México. Sergio “Checo” Pérez, el ídolo local, dejó claro durante el Red Bull Show Run en su tierra natal que no viene a pasear: tiene la mira puesta en una oportunidad de oro para subirse al podio en el Gran Premio de México este próximo 30 de octubre. Para el piloto mexicano, la carrera no es solo un compromiso más en el calendario, sino la chance ideal para recuperar el subliderato del campeonato y pelear por lo que sería su victoria más emotiva. Checo busca colgarse su vigésima quinta medalla de bronce, plata u oro en la Fórmula 1, lo que marcaría además su segundo podio consecutivo en casa, consolidando su estatus de leyenda del automovilismo nacional.

De la hazaña esporádica a la exigencia de Red Bull

La trayectoria de Pérez ha dado un giro de 180 grados en los últimos años. Lo que antes se celebraba como una verdadera hazaña en sus tiempos con Sauber, Force India o Racing Point, hoy es una obligación contractual y deportiva al mando de un Red Bull. Atrás quedaron aquellos destellos de talento en 2012, cuando sorprendió con podios en Malasia, Canadá e Italia, o su heroica primera victoria en el GP de Sakhir en 2020 que le valió su boleto a la escudería austriaca.

Desde su llegada al equipo de las bebidas energéticas, la vitrina de trofeos ha crecido exponencialmente. Tras conseguir su podio número 15 en México en 2021, la temporada 2022 ha sido testigo de su consolidación definitiva, sumando victorias prestigiosas en Mónaco y Singapur, además de múltiples segundos lugares en circuitos icónicos como Australia, España y Japón. Ya no es sorpresa verlo arriba; es la norma.

Maranello rompe el silencio: Hamilton y el simulador del 2026

Mientras la afición mexicana se vuelca con su piloto, al otro lado del Atlántico, en los cuarteles generales de Ferrari en Maranello, la maquinaria no se detiene y ya opera pensando en el futuro lejano. Lewis Hamilton y Charles Leclerc han comenzado a probar el monoplaza de 2026 en el simulador, aportando datos cruciales antes de las primeras pruebas en pista programadas para enero en Barcelona.

Se avecina una era de transformación radical para la categoría reina. La temporada 2026 promete sacudir el tablero con cambios reglamentarios agresivos: casi la mitad del tren motriz dependerá de energía eléctrica, se implementarán combustibles totalmente sostenibles y llegará la aerodinámica activa. Hamilton, quien teóricamente tiene su asiento asegurado hasta finales de 2027 tras firmar por tres años, se enfrenta a un periodo de incertidumbre. Tras una campaña de 2025 con resultados mixtos, la presión sobre el siete veces campeón mundial es máxima, e incluso circulan rumores sobre una posible salida anticipada si los resultados en pista no mejoran.

Sensaciones positivas tras un “invierno silencioso”

A pesar del ruido mediático y las especulaciones, el reporte desde Italia sugiere que Ferrari planea mantener un “invierno silencioso”, trabajando a puerta cerrada. Las noticias, sin embargo, son alentadoras. Según informes de medios especializados, tanto Hamilton como Leclerc han respondido positivamente a las primeras iteraciones virtuales del auto de 2026.

Para Leclerc, el nuevo vehículo resulta significativamente más cómodo que los complejos autos de efecto suelo actuales. Por su parte, Hamilton parece motivado por el feedback virtual, sugiriendo que el nuevo diseño podría adaptarse mejor a su estilo de conducción, permitiéndole recuperar esa consistencia que ha sido su sello distintivo. La combinación de la potencia híbrida eléctrica y la nueva aerodinámica podría ser la llave para que la Scudería recupere la competitividad perdida.

La guerra de motores y la amenaza de Audi

El objetivo de Ferrari es claro: desafiar la hegemonía de motores que Mercedes ha ostentado durante años, aunque predecir el orden jerárquico es más complejo que nunca. El escenario de las unidades de potencia cambiará drásticamente con la entrada de Audi y la renovada alianza de Honda con Aston Martin. Audi, con una estrategia agresiva, ya habría finalizado su unidad de potencia para 2026 y estaría enfocando sus recursos de ingeniería en los modelos de 2027 y 2028.

Este enfoque audaz del fabricante alemán sugiere que algunos equipos podrían haber aceptado que 2026 será un año de transición. Audi busca dar el golpe en la mesa para 2030, aspirando a superar el hito que Red Bull logró en 2010. Así, mientras Checo Pérez pelea cada centímetro en el presente para gloria de México, Ferrari y el resto de la parrilla juegan una partida de ajedrez tecnológico donde el más mínimo error de cálculo en el desarrollo invernal podría costar campeonatos enteros.